jueves, 5 de junio de 2014

Maléfica

La Madeja del Gato (sin pincharse el dedo)
Madeja #267
Por Christopher Vergara

Los cuentos de hadas necesitan, como todas las cosas que desean mantenerse vigentes, actualizarse de tal forma que les permita seguir siendo vigentes e igual de apelables y relacionables con el público al cual están dirigidos. Disney, que por consecuencia de haber interpretado esos cuentos durante el siglo pasado, se ha convertido en una suerte de guardián de los mismos, es quien con mayor fuerza tiene ese reto. Hacer que esos cuentos de hadas no pierdan su esencia, a la vez que sean aptos para los tiempos que ahora vivimos. Maléfica, es un buena prueba de ello. 

Tras el descomunal éxito de Alicia en el país de las Maravillas y Oz, El Poderoso, que recaudaron más de mil millones de dólares y casi quinientos millones de dólares en todo el mundo respectivamente, Joe Roth, productor de ambas cintas y Disney se lanzaron a la búsqueda de otros clásicos de la literatura o la tradición oral que pueda ser reinterpretado, siendo Maléfica, la villana creada por Marc Davis en 1959 para el filme La Bella Durmiente la elegida. 

En su concepción, Maléfica bebe de muchas fuentes. Obviamente hay una clara influencia de la popular novela y musical Wicked, en cuanto a la narración de clásicos vistos a través de los ojos de los villanos, pero también hay una fuerte influencia visual y narrativa de Alicia y Oz, además claro de una fuerte carga de la historia misma de Disney y la forma como se han tratado los cuentos de hadas en tiempos recientes con protagonistas mucho más independientes y complejas que las de las princesas clásicas, como la misma Aurora. 

Robert Stromberg fue elegido como director de la cinta, lo cual representó su debut como director, tras haber fungido como director de arte en Avatar, Alicia y Oz. Como guionista fue elegida Linda Woolverton, quien cuenta en su haber con los preciosos guiones de La Bella y la Bestia y El Rey León pero también ese crimen delictivo que es Alicia (un filme cuyos tremendos fallos están en el guión y en menor medida en la dirección). Finalmente y como es obvio, Angelina Jolie fue elegida en lo que desde el principio fue un pet project personal, en el cual además de protagonista funge como productora ejecutiva. El siempre afable y necesario Don Hahn también produce.

Maléfica, respeta en líneas generales el marco o historia de La Bella Durmiente, el clásico de Disney del cual bebe aunque transforma o altera ciertos eventos claves. Maléfica (Angelina Jolie) es un hada del bosque que debido a su fuerza se convierte en protectora de las criaturas mágicas que viven en el y constantemente están amenazadas por el hombre. Cuando joven, Maléfica conoce y se enamora de Stefan (Sharlto Copley) un ambicioso joven que años después la traiciona con tal de ganar la corona del reino. 

Maléfica enojada y lastimada, como venganza lanza aquel infame hechizo sobre la joven bebe Aurora, según la cual al cumplir los dieciséis años se pinchará el dedo con la aguja de una rueca y caerá en un sueño de muerte del cual sólo despertará con un beso de amor verdadero. Tal como en la cinta, Aurora queda a cargo de tres incompetentes hadas, aquí renombradas como Knotgrass (Imelda Staunton), Thistlewit (Juno Temple) y Flittle (Lesley Manville) y de forma indirecta de Maléfica quien junto con Diaval (Sam Riley) su fiel cuervo, cuidan de la niña durante muchos años, hasta que se transforma en una hermosa jovencita (Elle Fanning) próxima a cumplir los dieciséis años marcados en la maldición. 

Ésta nueva versión de Maléfica, respetando el género de cuento de hadas y las reglas que lo rigen, toma un nuevo cariz feminista y ambientalista que es claro en el sencillo pero afortunadamente funcional guión de Woolverton.

Una de las críticas más consistentes a La Bella Durmiente es que es una historia profundamente perpeturadora de estereotipos femeninos y masculinos. Y con cierta razón, de las doce Princesas Disney, Aurora es la más pasiva en su película, dedicándose a ver como le suceden los eventos, y siendo rescatada por Felipe (que a contrario sensu es uno de los príncipes más activos e involucrados en la historia, que no se limita a sólo llegar y dar besos como el de Blanca Nieves). Maléfica cambia ésto, no reforzando la historia de Aurora que sigue siendo una inocente joven de dieciséis años, siendo fortaleciendo el personaje de Maléfica.

Además de una delicia visual y de esta interpretada fenomenalmente, Jolie borda una Maléfica fuerte, autónoma, independiente, un prototipo de una mujer actual y contemporánea. Además al darle un background que explica sus motivos y acciones e incluso su acercamiento a la oscuridad, el personaje se vuelve empático, se convierte en una heroína e incluso un modelo a seguir para las jóvenes actuales. Lo cual la verdad sea dicha no está mal. La temática ambiental viene en el sentido de que Maléfica en la búsqueda de su protección de páramo donde vive, no hace más que una alegoría sobre el hombre y como destruye los recursos naturales que tiene a su lado. 

La historia además tiene una hermosa reflexión sobre el amor verdadero. Un embrollo que nace a consecuencia del famoso hechizo que Maléfica lanza a Aurora. A diferencia del clásico animado, esta reversión descalifica ese amor al establecer que el amor verdadero es algo que nace poco a poco, con el tiempo, que se va cocinando lentamente con la empatía y el cariño que crece cada día. Ese es el amor verdadero, no un supuesto amor adolescente que nació tras verse cinco minutos. Si, Pobre Felipe (Brenton Thwaites) quedó reducido a un recurso cómico, aunque el potencial romántico permanece. Maléfica es pues una defensa del amor maternal, aun y cuando no necesariamente nace de la sangre.

Una de las cosas que más me agradó del filme es lo sencillo y amable de su narrativa. A diferencia de guiones muy enredados o largos, Maléfica fluye con una sencilles y calidez típica de un cuento de hadas. La reinvención de Woolverton no busca agregar nuevos elementos más allá de los necesarios para los fines de la historia. La película que apenas dura los noventa minutos se va como agua, algo muy genial. 

La dirección de Stromberg es bastante medida. Si, Jolie queda a deber en algunas partes, como en la mítica escena del embrujo pero en general cumple de forma sobrada su función. El estilo visual es fantástico, mucho más madurado que el de Alicia que era por momentos muy artificial o el de Oz que luchaba desesperadamente verse realista. Maléfica se halla bien medido en ese terreno con un diseño de arte bastante bonito, afortunado y creativo. 

Quienes esperen una reversión oscura y perversa del cuento saldrán terriblemente decepcionados. Maléfica es un cuento de hadas en toda la extensión de la palabra incluyendo final feliz y esperanzador. Incluso Maléfica no es todo lo perversa o diabólica que se podría esperar, en realidad aunque se acerca mucho a la oscuridad, jamás deja que la consuma y la destruya, lo cual facilita su regreso a la luz.

Maléfica una vez más demuestra esa cualidad en los productos Disney recientes que logran conciliar la herencia histórica del estudio con los tiempos modernos que corren. Así es que tenemos una historia que sigue los parámetros y normas de un cuento de hadas a la vez que integra elementos que le dan un giro contemporáneo y apropiado para los tiempos que corren. 

Bien Maléfica, quizá ya no sea la Emperatriz del Mal, pero sus bonos han subido sin duda alguna. Su redención tardó cincuenta y cinco años.Tenemos ahora una antiheroína Disney.

Y en la próxima madeja: ¿A donde se dirigen las franquicias Marvel no-Marvel?

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